Su funcionamiento se basa en la diferencia de pesos que existe entre el agua y las grasas. La teoría es que el agua proveniente del desagüe de la pileta al llegar a la grasera se detenga y enfríe. Al enfriarse, las grasas hidrofóbicas y más ligeras que el agua se solidifican y suben a la superficie de receptáculo, para luego poder ser retiradas de forma periódica. Las hay de diversas formas y tamaños dependiendo de la cantidad de viviendas que la preceda y del uso que se le de, pudiendo ser individuales o colectivas. También tienen que estar acorde a las exigencias de la normativa vigente. Para una vivienda particular se exige que posean una capacidad mínima de 10 litros por pileta. Deben estar construidas de un material impermeable y resistente a la acción de los residuos con los que entra en contacto. En general son de plástico, Pvc, hierro fundido, hormigón o losa vitrificada. El lugar de instalación debe ser próximo a la pileta, previniendo la obstrucción del caño de desagüe de